La cena, blanco de costumbres poco saludables: o llegamos a ella con «picoteo» previo que aumenta nuestro consumo calórico, o decidimos omitirla, lo que tampoco conviene porque produce un apetito voraz por la mañana. ¿Cuál es la conducta correcta para la ingesta nocturna?
- Lo ideal es comer antes de las diez de la noche para contar con tiempo suficiente para digerir y metabolizar los alimentos. Los alimentos tienen un tiempo de permanencia gástrica hasta que se digieren y después se metabolizan.
- Evita las carnes rojas y opta por las blancas (pescado o pollo sin piel). Se digieren con mayor rapidez y tienen más tejido colágeno.
- Opta por comidas más livianas: una pasta seca combinada con vegetales y aceite de oliva, ensaladas de vegetales cocidos, etc.
- No cenes dulces, platos pesados, frituras ni comida rápida. Como contienen mucho sodio y grasas de mala calidad, requieren un mayor tiempo de permanencia a nivel gástrico.
- Tampoco es bueno ingerir infusiones que contengan cafeína. Como este estimulante detona una mayor secreción ácida, mantiene alerta al organismo, lo que impide el descanso.
- Beber infusiones no estimulantes (valeriana, melisa, tilo, manzanilla) mejorará tu descanso.
- Tampoco son recomendables las bebidas alcohólicas. El alcohol se metabólica a nivel hepático y esto retrasa el proceso digestivo.
- Planear las comidas evitará recurrir al servicio a domicilio. La planificación organiza y facilita las decisiones.
- Elabora un menú semanal: esto te facilitará comprar los ingredientes necesarios para dar variedad a tu alimentación.
- No es conveniente ejercitarse antes de cenar. De hecho, si es posible, es mejor hacerlo antes de las 18 horas. Esto se debe a que, al segregar endorfinas (sustancias que activan la energía), el organismo se mantiene en estado de alerta, lo que dificulta el descanso nocturno. Hacia la tarde7noche, son mejores las actividades de relajación como meditación, Yoga o tai chi.
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