Nadie es un santo cuando de comer bien se trata, muchas veces, ni los mismos especialistas. Pero, si eres consciente de tus hábitos alimentarios no tan sanos, evitarás que afecten negativamente tu salud.
- NO PRESTAR ATENTIÓN A TUS ALIMENTOS. Ser multitask es efectivo para enfrentar el ajetreado mundo de hoy, pero no en lo que se refiere a los alimentos. Evita trabajar en tu escritorio o hablar por teléfono mientras comes, o terminarás consumiendo más de lo que tenías previsto. Pon en un plato todo lo que comerás, para que tengas una idea más clara de cuánto estás comiendo. Divide tus tentempiés en porciones, en lugar de saborearlos directamente del empaque, y así tendrán un final definido.
- OMITIR EL DESAYUNO. Si omites el desayuno, existe una gran posibilidad de que al cabo de un rato, te excedas comiendo. Además, es probable que no consumas suficientes nutrimentos esenciales como fibra y calcio. Si no te despiertas con hambre, cena un poco antes o no te comas esa colación nocturna.
- COMER POR ABURRIMIENTO. Antes de buscar algo de comer, pregúntate si en realidad tienes hambre. Hacer ejercicio es una excelente forma de evitar comer por aburrimiento. Si sientes la necesidad de ingerir algo cuando estás sola en casa, busca distracciones. Ejemplo, a veces me hago manicura. El olor es un poco desagradable, y no es fácil comer con el barniz sin secar.
- TERMINARTE LA COMIDA DEL PLATO DE OTROS. Las mamás lo hacemos todo el tiempo: nos acabamos el último bocado del sándwich o de espagueti que dejaron los niños. Pero si consumes 100 calorías más al día, en un año habrás subido 6 kilos. Intenta servir a tus hijos porciones más pequeñas para que sea menos factible que dejen alimentos en el plato.
- NO ACEPTES LAS RACIONES EXTRAGRANDES. Es sumamente tentador pagar cinco o diez pesos extra para que te den un «paquete» o una orden más grande de papas, pero mientras más alimento tengas en tu plato, más tenderás a comer. Ordena solamente lo que necesitas.
- PONERLE SAL A LA COMIDA. Consumir demasiado sodio eleva tus probabilidades de desarrollar hipertensión, que puede derivar en enfermedad cardiovascular. Comienza a reentrenar a tus papilas. En lugar de ponerle sal a los alimentos, prueba diferentes hierbas y especias. En la tienda, lee las etiquetas y busca los productos bajos en sodio.
- COMER SOLAMENTE ENSALADAS, O SALTARTE LA COMIDA. Saltarte cualquier comida es malo para tus niveles de energía, y si no comes a tus horas y consumes un par de colaciones a lo largo del día, puedes terminar cenando demasiado. Si te gustan las ensaladas, asegúrate de que traigan proteínas, ya que te harán sentir satisfecha por más tiempo. Una buena opción son las proteínas magras, como pescado o pechuga de pollo, ambos a la parrilla.
- NEGARTE LOS ALIMENTOS QUE TE GUSTAN. La moderación es parte de comer con sensatez. Si te fascinan las papas fritas o los chocolates, disfrútalos de vez en cuando. O prueba las versiones más sanas, como el chocolate amargo o las papas horneadas y bajas en sodio. Sólo equilibra tus opciones, de manera que comas adecuadamente la mayor parte del tiempo. Si hoy tu postre fue un pay de queso, ¡mañana elige moras frescas!
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