A veces simplemente es imposible comer sanamente y necesitamos recurrir al «fast food». Estos tips te ayudarán a que el «pecado» sea lo menos dañino posible.
- Elige la ensalada, pero cuida lo que le agregas. Aunque la mayoría de cadenas de comida rápida ya ofrecen ensaladas, si añades pollo, tortilla frita, crutones y aderezo cremoso, sería como si comieras una hamburguesa doble con queso. Mejor pide pollo asado o a la parrilla, no te comas los crutones, pide una vinagreta y sirve sólo la mitad.
- Si mueres por comer una hamburguesa, pídela sin queso. Evitarás 50 calorías (40 de ellas provenientes de la grasa) y 2 gramos de grasas saturadas.
- Pide más lechuga, cebolla y jitomate. Tu sandwich o hamburguesa será más crujiente, saludable y llenadora si los añades. Además, así habrás ingerido una de las raciones de verduras de tu cuota diaria.
- Para beber, ordena té helado sin endulzar o agua embotellada. Otra opción es elegir leche descremada: con 100 calorías o menos, aportará calcio para reforzar tus huesos (los refrescos, en cambio, retrasan la absorción de calcio en huesos).
- Sustituye la catsup por salsa picante (de preferencia, con «salsa mexicana»). Esta salsa tiene pocas calorías, mucho sabor y aporta buenos nutrimentos. Además, te hará beber mucha agua, lo que reducirá tu apetito.
- Pide un sándwich grande de roast beef o de pavo. Elige pan integral y sustituye la mayonesa por un toque de mostaza. Acompáñalo con una manzana o una ensalada.
- Evita «crecer» tu comida. Aunque el precio resulte muy atractivo, sólo aumentarás la cantidad de calorías, grasa y sal que consumes. Para darte una idea, un menú promedio de hamburguesa con queso, papas a la francesa y refresco grande suma unas 1,500 calorías, cuando el requerimiento diario recomendado de una mujer promedio es de apenas 1,800 calorías.
- Busca las palabras «a la parrilla» o «asado». Aunque el hecho de que los alimentos no estén fritos no los vuelve automáticamente más sanos, sí es una mejor alternativa.
- Desayuna en casa y deja la comida rápida para la comida o la cena. Al menos, de esta manera garantizas ingerir una comida saludable al día.
- No te dejes engañar por la propaganda de los productos «light». Que muchas cadenas de comida rápida los hayan añadido a sus menús, no significa que sean más saludables: pueden ser bajos en carbohidratos pero altos en grasas saturadas, por ejemplo.
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Exelentes trucos.
muchisimas gracias!
me apunto a vuestra página
¡Muchas gracias! Saludos y abrazo trasatlántico!