Aunque mucho se habla de sus beneficios, su ingesta no es del todo positiva. Conoce sus principales desventajas.
Mucho se ha escrito acerca de las propiedades benéficas del coco, o del agua que se puede preparar a partir de éste, pareciera es un elemento clave en la dieta diaria. Los más devotos a este fruto afirman que contiene grasas saludables, que son mejores para el corazón y que incluso pudieran ayudarte a perder peso, sin embargo existen varios estudios que no están totalmente de acuerdo con esta afirmación. La realidad es que la gente piensa que porque es natural, debe ser saludable, pero lo que no saben es que contiene sorprendentes cantidades de calorías y grasas saturadas (de esas que elevan tus niveles de colesterol en sangre). Y es que aunque diversos medios han declarado que el coco ayuda con la pérdida de peso, el aceite de coco tiene las mismas calorías que el aceite de oliva, pero una cucharada proporciona 13 gramos de grasa saturada, en comparación con los 2.1 gramos que ofrece el aceite de oliva. Sin embargo, las personas que apoyan el consumo del coco argumentan que la mayoría de sus grasas, son de un tipo conocido como triglicéridos de cadena media, las cuales se oxidan rápidamente.
Recientemente, el agua de coco se ha convertido en un líquido popular para mitigar la deshidratación, ya que es libre de grasas y rico en minerales, como el potasio y el magnesio. La realidad es que puede ser hidratante después de entrenar, y si bien no es cero calorías como el agua, es mucho mejor que un refresco azucarado o bebida deportiva. Aunque algunos digan que es más hidratante que el agua, la evidencia científica no es concluyente del todo.
Puede evitar niveles altos de azúcar, pero…
Un estudio publicado en 2003 en el British Journal of Nutrition mostró que al sustituir la harina de trigo con harina de coco se reduce el índice glucémico del platillo, es decir, los azúcares se liberan más lentamente, lo que es beneficioso para los niveles de glucosa en sangre. Y es muy rica en fibra (36 gramos por 100 gramos de producto, en comparación con los 9 gramos que contiene la harina integral). Pero, una vez más, es alta en grasa, grasa saturada en particular, lo que no se puede esperar de la harina (por su origen vegetal).
Leche o yogurt. Otra versión para consumirlo…
La leche y/o yogurt de coco se hace a partir de la leche que se exprime de la pulpa del coco. Es una gran alternativa para quienes son intolerantes a la lactosa o alérgicos a la leche de vaca. Sin embargo, yo recomiendo especial cautela, ya que la grasa saturada que contiene es un gran foco de alarma. Un yogurt de coco contiene 17 gramos de grasa saturada por 100 gramos de producto, lo cual es casi la totalidad de la cantidad diaria recomendada para la mujer.
El coco es bajo en azúcar y rico en proteínas, pero resulta «caro» para la salud si se compara con la ingesta excesiva de grasas que éste aporta.
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