Los virus y bacterias consideran al otoño y al invierno como temporadas altas para el contagio. Refuerza los puntos débiles de tu salud con estos ocho pasos:
- Lava tus manos con frecuencia. Se requieren 20 segundos de lavar bien las manos para sacar los gérmenes de la piel y eliminarlos al enjuagar. Si no tienes donde lavarte, utiliza alcohol en gel o gel antibacterial.
- Lleva tu propia pluma. ¡Y a todos lados! Las que te dan para firmar cuando compras con tu tarjeta siempre albergan bacterias y virus.
- Vacúnate. Incluso aunque no estés en el grupo de riesgo (asmáticos, cardiacos). Consulta a tu médico acerca de la vacuna contra el neumococo: el germen contra el que protege causa sinusitis, bronquitis y neumonía.
- Hidrátate. Hacerlo evita que la gripe cuente con el aire y los pasajes nasales secos que tanto le favorecen. Bebe dos litros de agua por día. También asegúrate de limpiar los humidificadores de aire para controlar el crecimiento de bacterias.
- Toma probióticos. Se recomienda tomar bebidas que incluyan estos microorganismos, ya que fortalecen el sistema inmune y protegen contra el resfrío y la gripe. Se encuentran adicionados a productos como leche, yogur, cereales y postres infantiles.
- Si estás congestionado, toma antihistamínicos. Las alergias dan entrada a las enfermedades: la congestión puede convertir tu nariz en un criadero para bacterias, lo que derivaría en sinusitis. Los antihistamínicos descongestionan y reducen el riesgo de una infección.
- Complementa tu dieta con cinc. Se recomienda tomar un suplemento de cinc como protección preventiva contra el resfrío. Si te enfermas, tomar uno o dos comprimidos al percibir el primer síntoma podría ayudar a a acortar su duración.
- Mantén limpia tu casa. Esto permite mantener gérmenes y bacterias a raya. Desinfecta baño y cocina a diario, si es posible con cloro o productos desinfectantes específicos para esas zonas.
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