En México, más de la mitad de la población no realiza actividad física. Esta situación no solo aumenta el riesgo de enfermedades, sino también las lesiones que surgen de no hacer nada. ¿Cómo prevenirlas?
El cuerpo humano está diseñado para moverse y realizar actividades de fuerza. Pero el advenimiento de las nuevas tecnologías y los trabajos cada vez más estáticos modificaron esta situación. El cuerpo se debilita porque músculos, tendones y ligamentos van perdiendo su fuerza y su capacidad de movimiento. Además, las malas posturas que se adoptan en el trabajo (por ejemplo, con las computadoras), predisponen a las contracturas y acortamientos musculares. Esta situación causa el aumento de distintas enfermedades, pero principalmente provoca lesiones por desuso en músculos, tendones y ligamentos. El músculo se hipotrofia (disminuye su tamaño y fuerza), causa principal de las llamadas lesiones por sedentarismo.
Las lesiones más frecuentes
En primer lugar se encuentran las lesiones en tendones y ligamentos que se deben al debilitamiento por hipotrofia muscular. Después, los músculos débiles favorecen los desgarros, ya que el cuerpo sedentario pierde la capacidad de realizar esfuerzos. Otra problemática es el síndrome miofascial (o contractura) que surge de las malas posturas y la falta de ejercicio. El músculo pierde su capacidad para estirarse correctamente, lo que produce dolor.
Consejos
- Abandona el sedentarismo. realiza actividad física por lo menos 40 minutos 4 veces por semana para disminuir el riesgo cardiovascular y aumentar el tono y la fuerza muscular.
- Si tienes predisposición a lesionarte un lugar específico, practica ejercicio que fortalezca la zona. Por ejemplo, si suele dolerte la espalda, haz natación.
- Si tu trabajo afecta tu postura, modifícala mediante osteopatía o reeducación postural global.
- Las personas que tienen lesiones musculares, tendinosas o ligamentarias crónicas (que duran más de seis semanas) y que no mejoran con el ejercicio, pueden recurrir a la proloterapia. Esta técnica es efectiva para este tipo de patologías porque, a partir de la inyección de dextrosa (un azúcar natural), se genera una inflamación local que permite la formación de nuevos vasos sanguíneos; a su vez, esto atrae sustancias que impulsan la regeneración y reparación de articulaciones, músculos, tendones y ligamentos. Otra técnica muy utilizada es el plasma rico en plaquetas (PRP) para tendones y articulaciones.
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