- Bebe agua. Una mayor ingesta de agua permite eliminar el exceso de líquidos y limpiar al organismo de las impurezas que pueden causar retención. Se recomienda beber dos litros diarios, aunque no tengamos sed. Beber un vaso de agua al levantarnos ayuda a expulsar los fluidos almacenados durante la noche.
- Come saludablemente. Una dieta rica en proteínas permitirá la producción de albúmina, una sustancia que evita los edemas. Consume muchas frutas y verduras, principalmente aquéllas con gran contenido de potasio, como el plátano. Este mineral ayuda a mantener el equilibrio hídrico del cuerpo.
- Duerme bien. Un buen descanso es fundamental para prevenir la retención. Lo ideal es dormir siete horas por la noche y, en lo posible una hora después de comer.
- Haz actividad física. Ejercicios como caminar, andar en bicicleta, nadar o bailar favorecen la circulación sanguínea. Al fomentar el movimiento de las piernas, benefician la labor de los riñones. Para prevenir la retención de líquidos, se aconseja caminar un mínimo de 20 cuadras diarias.
- ¡Zambúllete! Métete en una tina o alberca, y mueve las piernas. Así lograrás que los músculos lleven los líquidos del cuerpo a la vejiga. La presión ejercida por el agua favorece la eliminación de líquidos a través de la orina.
- Modera el consumo de sal. Reemplaza la sal común por sal baja en sodio y recurre a hierbas aromáticas, condimentos, ajo o limón para realzar el sabor de las comidas. No lleves el salero a la mesa. Lee bien las etiquetas de los productos y evita el consumo de embutidos, conservas y caldos en cubos, entre otros. Prepara tu propia comida para controlar la cantidad de sal.
- Cambia de posición. Estar mucho tiempo sentado obstaculiza la circulación; estar parado largas horas contrae los músculos. Todo esto favorece los edemas. Si por tu trabajo debes permanecer en la misma posición, muévete periódicamente y camina por la oficina al menos una vez cada 60 minutos. Para motivar la circulación, lleva los dedos de los pies hacia arriba y hacia abajo.
- Consume diuréticos naturales. Opciones como té verde, boldo y cola de caballo son diuréticas, desintoxicantes y digestivas. Sus infusiones limpian el organismo e incrementan la producción de orina. La piña, el pepino y los espárragos también son muy efectivos para combatir los edemas. Evita los medicamentos diuréticos y no los consumas sin prescripción médica. De lo contrario, sólo lograrás agravar la retención.
- Cuida tus piernas. Si percibes retención de líquidos en las extremidades inferiores, recuéstate manteniendo las piernas elevadas. No uses calcetas, medias ni zapatos demasiado ajustados. Trata de no cruzar las piernas. Asegúrate de que el apoyo de la planta de tus pies sea el correcto, para no entorpecer la circulación de retorno.
- Realiza ejercicios de respiración. Inhala lenta y profundamente y exhala por la boca. Antes de comenzar la siguiente respiración, espera unos segundos. De esta forma, impulsarás el movimiento de líquidos hacia el área central del cuerpo.
Para eliminar líquidos: fruta fresca entre comidas:
- Son ricas en potasio y bajas en sodio. Por esto son diuréticas (ayudan a eliminar líquidos)
- Las más recomendadas: sandía, melón, pera, uvas, manzana, durazno y plátano.
- Comerlas entre horas. Ahí está la clave. Puedes consumirlas enteras, en jugos o en licuados
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