Es más común de lo que te imaginas, pero es más sencillo de resolver de lo que crees. Sigue leyendo para detectar cuál es tu caso y solucionarlo de una vez por todas.
- HACES MUCHO DE LO MISMO. Es increíble encontrar el ejercicio o deporte que te apasione, pero si es lo único que haces, te volverás muy bueno en él… y luego cualquier mejora que tu cuerpo haya tenido en un principio, dejará de evolucionar. EL REAJUSTE: Prueba algo diferente y sé específico. Por ejemplo, si tu meta es tonificar los músculos, además de levantar pesas o hacer TRX, tienes que mejorar tu flexibilidad para ver resultados, así que podrías añadir un par de sesiones de yoga a la semana.
- NO TE RETAS LO SUFICIENTE. Estudios muestran que la intensidad del ejercicio importa más que la duración cuando de perder peso se trata. Como ya leíste, el cuerpo se acostumbra rápidamente a la misma rutina, y esto incluye sesiones maratónicas en la elíptica o correr por mucho tiempo al mismo ritmo. Tu pulso se mantiene estable, ya no te desafía y ahí está el error. EL REAJUSTE: Combina tu rutina con una forma diferente de cardio, como intervalos de alta intensidad (HIIT). Lo mismo sucede con los entrenamientos de fuerza que se hacen con poco peso: si quieres tonificar, tienes que levantar más peso, pero ojo aquí: no todas las sesiones deben ser intensas. Si alternas entre entrenamientos ligeros, medios y fuertes, obtendrás mejores resultados.
- ESTÁS DEMASIADO CANSADO Y ESTRESADO. Si no estás descansando lo suficiente o estás demasiado presionado, tu cuerpo no se va a adaptar a la influencia positiva del ejercicio. Dormir es esencial para que los músculos sanen después de una fuerte sesión de sudor y, por otro lado, el estrés desbalancea tus hormonas, provocando que tu cuerpo se sienta en modo de alerta y retenga grasa. EL REAJUSTE: Intenta dormir al menos siete horas, obligándote a que el momento de acostarte sea como una cita inamovible. Busca formas de manejar el estrés cada que puedas, como escribir, tocar un instrumento o meditar.
- COMES MÁS CALORÍAS DE LAS QUE QUEMAS. Esto es de lo más común. Tu monitor cardiaco dice que quemaste 800 calorías en tu clase de crossfit, así que bien te mereces un café lleno de crema batida y jarabe al salir de ahí. El asunto es este: la quema de calorías, aun con el reloj más sofisticado, siempre está sobreestimada. Más allá de eso, si tu objetivo es perder peso, debes mantenerte en un déficit de calorías. EL REAJUSTE: Haz un esfuerzo más consciente por mejorar tu dieta y revisar el tamaño de tus porciones. Recuerda que las calorías líquidas también cuentan. Un truco: come cada comida y snack sentado, saboreando bocado a bocado. A veces olvidamos las calorías que consumimos mientras estamos haciendo otra cosa.
- PASAS DEMASIADO TIEMPO SENTADO. El mal de la silla es difícil de evitar, dado que muchos trabajos requieren horas frente a un escritorio, pero es imprescindible mantenerte más tiempo en movimiento para ver los resultados de tu esfuerzo en el gym. EL REAJUSTE: Por cada hora que pases sentado en tu oficina, párate, hidrátate y camina unos minutos, o al menos ponte de pie cuando hables por teléfono, usa las escaleras y evita el elevador. En resumen: pasa más tempo de pie. Haz de esto un hábito.
Pendiente a la segunda entrega…
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