Sea saludable o no tanto, un hábito es algo que haces sin tener que pensarlo. Las personas que tienen éxito en la pérdida de peso convierten una alimentación saludable en un hábito.
Estos hábitos alimentarios saludables pueden ayudarte a bajar de peso y mantenelo así.
ORGANIZA TU COCINA:
La cocina de la familia puede desencadenar hábitos alimentarios poco saludables si sus estantes están llenos de refrigerios azucarados. Reorganiza la cocina para convertir los alimentos que estimulan la dieta en la opción más natural.
- Mantén los alimentos saludables a la vista. Mantén un bowl de fruta y verduras previamente picadas en el refrigerador. Cuando sientas hambre, tendrás a la mano un refrigerio saludable.
- Reduce la tentación. Si sabes que no puedes controlarte con las galletas, papas o chatarra, mantenlos fuera del alcance, o incluso mejor, fuera de la casa.
- Siempre come de los platos. Comer directamente de un recipiente o de una bolsa promueve el consumo excesivo de alimentos.
- Utiliza platos más pequeños. Si empiezas una comida con menos alimento frente a ti, probablemente comerás menos cuando termines.
ALIMENTACIÓN SALUDABLE:
La vida es ocupada y muchas personas terminan comiendo sin pensar en el alimento que se están llevando a la boca. Los siguientes hábitos pueden ayudarte a evitar esta alimentación descuidada.
- Desayuna. Un estómago vacío es una invitación a comer en exceso. Comienza el día con pan integral o cereales sin azúcar, leche baja en grasa o yogur y un pedazo de fruta.
- Planea con anticipación. No esperes hasta tener hambre para decidir qué comer. Planea tus comidas y ve al súper cuando no tengas hambre. Las opciones poco saludables serán más fáciles de pasarlas por alto.
- Apaga la pantalla. Comer con los ojos puestos en la televisión, la computadora o cualquier otra pantalla distractora aleja tu mente de lo que estás comiendo. No sólo se pierde la degustación de los alimentos, sino que eres más propenso a comer en exceso.
- Come alimentos saludables primero. Empieza con sopa o ensalada y tendrás menos hambre cuando llegues al plato principal. Evita las sopas cremosas y los aderezos para ensaladas a base de crema o mayonesa.
- Consume refrigerios pequeños con frecuencia. En lugar de 2 o 3 comidas abundantes, puedes ingerir comidas más pequeñas y refrigerios saludables para pasar todo el día.
ROMPE CON VIEJOS HÁBITOS:
La alimentación emocional o comer por comodidad o aburrimiento en lugar de nutrición puede establecer una gran diferencia en qué y cuánto se come. Para mejorar tu relación con la comida:
- Presta atención. Escucha a tu cuerpo sobre cómo ciertos alimentos lo hacen sentir. Los alimentos fritos podrían tener un gran sabor ahora. Pero, ¿Cóco se sentirán en tu estómago dentro de una hora?
- Desacelera. Suelta el tenedor entre bocados o ten una conversación mientras comes. Al moderar el ritmo tú mismo, le das a su estómago la oportunidad de sentirse satisfecho.
- Lleva las cuentas. Lee las etiquetas de información nutricional en el alimento antes de consumirlo. Anota lo que planeas comer antes de consumirlo. Ambos hábitos te hacen detenerte y pensar antes de poner algo en tu boca.
- Cambia la forma cómo hablas respecto a la comida. En vez de decir «yo no puedo comer eso», di «yo no como eso». Decir que no puedes, puede hacerte sentir que te estás privando de algo. Decir que no comes algo, te pone al mando de la situación.
CONSIGUE AYUDA:
Los amigos y la familia pueden ayudarte a mantener el rumbo y animarte a lo largo del camino. Asegúrate de escoger a personas que entiendan lo importante que es este proceso para ti y que te vayan a apoyar; y no quienes te vayan a juzgar o a tratar de tentarte con viejos hábitos de alimentación.
- Envía informes de progreso. Coméntales a tus amigos cuál es tu meta de peso y envíales actualizaciones semanales de cómo te está yendo.
- Utiliza los medios sociales. Algunas aplicaciones móviles te permiten registrar todo lo que comes y compartir eso con amigos selectos. Esto puede ayudarte a llevar un registro y ser responsable de lo que comes.
Estos hábitos, más las «pequeñas» grandes decisiones que tomas día a día, en un mediano plazo pueden marcar gran diferencien tu peso y salud. ¡SÍ puedes!
Deja tu comentario