El entrenamiento está rodeado de mitos, y si este entrenamiento es con pesas, estos mitos se potencian, lo que ocasiona que muchas personas prefieran realizar otro tipo de ejercicios para tonificar y definir su cuerpo; sin embargo, es una actividad que puede mejorar considerablemente tu calidad de vida.
¡FUERA MITOS!
MITO 1: El entrenamiento con pesas hace que las mujeres nos pongamos «grandes«, que aumentemos volumen y adquiramos gran corpulencia. Por el contrario, actualmente, un correcto entrenamiento de fuerza incrementa la feminidad; mejora el tono y la definición de nuestros músculos, dando como resultado una apariencia más firme, compacta y proporcionada.
Por otra parte, las mujeres nunca podremos obtener el volumen muscular como el de los hombres, puesto que tenemos unos niveles mucho más bajos de la hormona sexual masculina, testosterona, que es la responsable del aumento del volumen muscular.
MITO 2: Al dejar el entrenamiento de fuerza, el músculo se convertirá en grasa. Es totalmente imposible que el músculo llegue a convertirse en grasa a causa de la inactividad dado que ambos tejidos son completamente diferentes.
MITO 3: El entrenamiento fuerza deteriora las articulaciones. CERO que ver. Cuando se realiza de una forma adecuada y segura, el entrenamiento de fuerza mejora la resistencia de los ligamentos que mantienen unidas las estructuras articulares, lo que las hace más estables y menos propensas a padecer lesiones. Además, disminuye considerablemente el riesgo de padecer osteoporosis.
MITO 4: Si entrenas mucho no importa lo que comas. La alimentación es un factor fundamental. No tiene sentido entrenar intenso si no se ingieren al mismo tiempo, alimentos suficientemente nutritivos, sanos y adecuados. Debes estar consciente de que la alimentación representa el 70% de tu avance.
MITO 5: Si no sudas, no quemas grasa. Esta creencia es falsa debido a que el sudor es un mecanismo del cuerpo que está relacionado con la temperatura ambiental: cuanto más se eleve la temperatura, más se suda, pero no está relacionado con la quema de grasa ni con el gasto calórico.
MITO 6: El entrenamiento de fuerza hará que los músculos se vuelvan más rígidos, lo que deteriora la flexibilidad general. FALSO. Al aumentar la masa muscular, la persona no se vuelve más rígida. Con los métodos modernos de entrenamiento de las pesas, se mejora la flexibilidad, siempre que el músculo sea ejercitado a través de sus rangos de movimientos completos.
MITO 7: Ejercitar ciertos músculos funciona. Desafortunadamente, hacer cientos de abdominales NO es el secreto para hacer tu cintura más pequeña. Tu cuerpo está genéticamente predispuesto a almacenar grasa en ciertos lugares, y cuando comienzas a perder peso, lo harás en ciertos lugares más que en otros, y esto se debe simplemente a la genética. Puedes perder peso en los muslos, luego en los brazos y después en la zona abdominal, o perder peso en un orden completamente diferente; todo depende de tu genética. Es posible concentrar el ejercicio en ciertas áreas del cuerpo, pero es poco probable que veas cambios drásticos en esas áreas sin una disminución general de la grasa corporal.
MITO 8: Debemos entrenar en ayunas para perder peso. FALSO. Esta práctica nunca es recomendable. Se requiere un aporte mínimo de calorías provenientes de los alimentos para comenzar el ejercicio, pues en ayunas se incrementa el riesgo de deshidratación, hipoglicemia o mala tolerancia al esfuerzo.
La forma ideal para mantener la masa muscular, es el ejercicio aeróbico combinado con ejercicios de fuerza, como el entrenamiento de pesas. Recuerda comer sanamente y dormir lo suficiente.

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